Las luces de los faroles brillaban tenuemente entre la neblina de una
noche invernal en las calles de la urbanización Los Álamos.
Había sido un día agitado para Diego, quien ahora venía entrando por las
puertas de la urbanización sobre su Caballo Centella de Oro, muy cansado y
dispuesto a tirarse sobre su cómodo sofá a ver la televisión por el resto de la
noche.
Las casas estaban todas iluminadas y llenas de vida, unos vecinos tenían
fiestas, otros paseaban por los jardines, otros charlaban tranquilamente bajo
algunos de los faroles con las Motitas correteando alegremente a sus pies.
Todos comentaban los acontecimientos del día que para variar se centraban en
Diego y Los de Malú:
"Los 8 de Malú metidos en un escándalo" había declarado el
diario El Bocón y el chisme se había propagado por toda Fantasía.
Él era un Capitán del Astrionix, y Los 8 de Malú tenían el deber de
trabajar por la seguridad de todo el planeta. Y el Halloween fue hace unos
días, e hicieron una gran fiesta en el Satélite, una fiesta de Halloween, como
era costumbre en Fantasía y más de Los 8 de Malú.
Todos se disfrazaron como monstruos, hubo música, dulces y una gran
ambientación relativa a la fiesta por todos los pasillos y salas del Satélite.
Pero según parece, alguien en algún lugar, no se sabe si de la Base Fantasiana
de Monte Solitario o del mismo Astrionix, confundió a unos de los invitados de
la fiesta con monstruos verdaderos, y se esparció un rumor de que habían
extrafantasianos en el Astrionix.
El rumor se volvió alarma que en algunos lugares del planeta los medios
de comunicación anunciaron una invasión al Astrionix. Otros llegaron incluso a
decir que en la fiesta de Los 8 de Malú se habían colado enemigos, o que los
mismos 8 de Malú habían invitado a susodichos enemigos.
Semejante escándalo, le decía Diego a Centella de Oro y Joey mientras
regresaban a su casa. A todas ésas Gilberto tuvo que dar una conferencia para
aclarar que había sido todo un rumor de mal proceder, que no hubo nunca ningún
monstruo en el Astrionix, y en eso estuvieron todo ese día.
En La Calle 8 los amigos estaban todos afuera, ya habían llegado a sus
casas, con los Caballos y las Motitas parloteando animadamente en los jardines.
-Hola Dig, ya llegaste- lo saludó Alexander a propósito, Diego estaba
llegando del mismísimo Satélite.
El unicornio saltó de su Caballo ya frente a su casa. La noche estaba
fría así que se prepararía una buena taza de chocolate caliente.
-Hola chicos-
-Hey- ahora era William quien salía a su encuentro -¿Cómo quedó todo
allá arriba?-
-¡Ah, todo bien!- dijo al fin el aludido- Ya se olvidará todo el asunto
de la fiesta de Halloween. Fantasía está más segura que nunca y eso ellos lo
saben-
Sus amigos estaban todos allí, William y Alexander pero también Jeffrey,
Randolph, y Christian. Diego no podía sentirse más feliz, llegaría a su casita
y llamaría a Johnny y a Gilberto para charlar un rato por teléfono mientras
veía la tele.
Y esa noche Diego dormiría tranquilo y plenamente para mañana empezar un
nuevo día lleno de energía y entusiasmo.